¡Que la aventura marítima no hunda tus ingresos!
El comercio marítimo internacional es uno de los negocios más importantes del mundo; nada más y nada menos que el 90% del transporte de mercancías a nivel mundial se realiza por este medio. Conociendo este porcentaje cabe esperar la cantidad de trabajo que hay; este comercio se realiza en más de 150 países, y en total existen unos 50.000 buques, alrededor de un millón de marineros, y millones de cargas y contenedores.
El pasado 25 de junio fue el Día Internacional de la Gente del Mar, promovido por la OMI (Organización Marítima Internacional), cuyo objetivo es gestionar y mitigar los riesgos que puedan poner en peligro la seguridad marítima. Este día corrió bajo el lema “At Sea For All” para concienciar de la importancia que tiene el transporte marítimo en el día a día de todas las personas. Sin él, el comercio transfronterizo sería prácticamente imposible.
Por suerte el sector marítimo vive una época de continua expansión y crecimiento, lo que favorece que este negocio se siga desarrollando y beneficie al comercio mundial.
Sin embargo, como ocurre en todos los sectores, los peligros existen, y además, al tratarse de un mercado caracterizado por el gigantismo en los últimos tiempos, el riesgo que conlleva es tan grande que casi siempre – cuando se produce un siniestro – es de gran impacto económico. Este comercio implica una “Aventura Marítima”, ya que zarpar engloba en sí simultáneos riesgos potenciales. Por ello es muy importante que las personas implicadas en esa aventura conozcan a lo que se enfrentan y tomen las medidas correspondientes.
Para concienciar a los individuos de la importancia de mantener la seguridad en los barcos, existen normas de obligado cumplimiento tales como los seguros para el transporte de pasajeros, para contaminación o remoción de restos. Es una normativa internacional que luego transponen los Estados de la bandera.
Bajo este escenario, todos los armadores, fletadores y cargadores deberían tener en cuenta algunos aspectos fundamentales para conocer el nivel de riesgo al que están expuestos, la manera de protegerse ante estos, y la posibilidad de transferirlo, actuar y mitigarlo en caso de siniestro.
Las warranties (garantías de obligado cumplimiento) obligan, dependiendo del riesgo al que se expongan, a cumplir unos requisitos fundamentales. Algunos de ellos son:
- Respetar la zona de navegación permitida.
- Cerciorarse de que el barco reúne las condiciones de adecuación para esas mercancías.
- Comprobar la Sociedad de Clasificación del buque.
- Cumplir con la normativa SOLAS para carga y descarga de mercancías.
- Navegar a la velocidad requerida en ciertas zonas de navegación por la amenaza de piratas.
Estos son algunos de los aspectos que deben considerarse al sumergirse en una “aventura marítima”, pero hay multitud más que deben tenerse en cuenta.
Para un sector tan importante como es el marítimo, poner medidas desde el primer momento es fundamental para que el negocio vaya viento en popa.