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RISK IN CONTEXT

La revolución de los coches autónomos: ¿Cómo deben adaptarse los seguros?

Lunes, 20 Agosto 2018

A los niños se les recuerda a menudo que nunca se suban a un coche con desconocidos, pero para muchos de nosotros es una actividad completamente normal en la actualidad. En las próximas décadas, podríamos incluso estar dispuestos a entrar en automóviles sin ningún tipo de conductor.

En la actualidad, las empresas de transporte y de economía colaborativa están liderando una transición revolucionaria que se aleja de la propiedad individual y va hacia nuevos enfoques de movilidad y acceso de vehículos, incluido un mayor uso de coches autónomos, que según un estudio de Deloitte representará más del 80% de las ventas de vehículos nuevos en áreas urbanas en el 2040. A medida que las empresas del sector automotriz se enfrentan a la llegada de los coches autónomos y su impacto en las operaciones, también deberán replantearse cómo gestionar el riesgo.

Cambio de responsabilidad

Los coches sin conductor deberían, en teoría, reducir la frecuencia de colisiones y el coste total de la responsabilidad. Sin embargo, antes de llegar a ese punto habrá dificultades iniciales. A medida que los coches autónomos se vuelvan viables, y los conductores humanos se adapten a compartir los trayectos en este tipo de automóviles, es probable que se produzcan más colisiones a corto plazo.

Asimismo, conforme los conductores se vuelven menos responsables de la seguridad vial, los fabricantes, los proveedores, las empresas de tecnología que participan en la construcción de los coches autónomos y el software que los controla, asumen más riesgos de responsabilidad. Según un estudio realizado entre 2005 y 2007 por la Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en las Carreteras de Estados Unidos, la gran mayoría (94%) de las reclamaciones de automóviles fueron causadas por conductores, y solo un pequeño número de incidentes se atribuyeron a fallos de los sistemas. Durante las próximas dos décadas, esa ecuación seguramente cambiará, lo que planteará nuevas preguntas a las aseguradoras sobre cómo cuantificar el riesgo y el precio de la cobertura del seguro.

Nuevos enfoques para el seguro

Como último recurso, el enfoque tradicional de la responsabilidad civil de automóviles tendrá que ceder paso a una mayor cobertura de responsabilidad relacionada con productos o cobertura híbrida. La pregunta que todavía desafía la cobertura de autos convencional sobre los coches autónomos es quién tiene la culpa en caso de una colisión. Si un vehículo está controlado por un conductor, se aplicará la cobertura personal del seguro automóviles. Pero si se emplea tecnología autónoma, la responsabilidad se traslada a la cobertura de responsabilidad por productos que tienen los fabricantes de equipos originales (OEM).

Para vehículos totalmente autónomos habrá un fuerte argumento de que los conductores no pueden tener la culpa y que cualquier colisión que ocurra es el resultado de fallos del producto. Un factor que frena a las aseguradoras en la rapidez de las aseguradoras para adaptarse a esta situación es la falta de jurisprudencia significativa y de datos de siniestros por incidentes relacionados con coches autónomos.

Además, el acceso a cantidades masivas de datos recolectados por los vehículos, que pueden ayudar a determinar las condiciones durante los incidentes, es un punto de discordia para las aseguradoras. Los OEM y las aseguradoras necesitarán encontrar un punto común para hacer uso de los datos y así crear pólizas de seguros híbridas, y garantizar que la responsabilidad se pueda definir de manera justa y adecuada a la vez que se protege la información personal de los propietarios del vehículo.

La sociedad está pasando de conducir coches de propiedad individual a compartir vehículos con conductor para pasar posteriormente a compartir coches autónomos. Pero para que ese futuro se convierta en realidad, la industria automotriz y la de seguros deben estar listas y dispuestas a cambiar la forma en que ven el riesgo.