La contratación en el sector eólico marino
La energía eólica está convirtiéndose en una de las principales fuentes de energía en el nuevo panorama mundial. En la actualidad se habla frecuentemente de la energía eólica marina, sin embargo siquiera representa el 5% de la energía eólica mundial.
Los tiempos están cambiando y ese porcentaje, con los planes energéticos de numerosos Gobiernos, las ventajas que este tipo de energía representa y los proyectos en ciernes, va a verse incrementado significativamente.
Se pronostica que cada vez serán más los países que aprovecharán el potencial eólico en alta mar durante la próxima década, con una cuota de mercado mundial de origen offshore que se situará en el 7,4% en 2020.
El gráfico del Consejo de Energía Eólica Global (GWEC) muestra el incremento de capacidad instalada en 2015, tanto China como Alemania han continuado aumentando significativamente esa capacidad el año pasado. Se trata de crecimientos de dos y hasta tres dígitos en algunos casos. Por tanto la capacidad de crecimiento es enorme, más si cabe cuando la evolución de la propia industria indica que en futuro no muy lejano los costes de instalación de los parques eólicos marinos se verán reducidos, principalmente por el avance tecnológico en cuanto a la eficiencia de las turbinas y la innovación, el incremento de nuevos proyectos y la superación de los riesgos derivados de la cadena de interconexión entre todas las empresas vinculadas en la construcción y operación de esos parques.
El potencial enorme de la energía eólica marina no puede entenderse sin la tecnología. Y los avances no pueden entenderse sin aceptar la enorme interdependencia de promotores, futuros operadores, contratistas llave en mano y la cantidad de subcontratistas que intervienen en la construcción y operación de los parques eólicos marinos.
Tal y como se mencionaba antes respecto al crecimiento del sector, la interdependencia de las empresas que intervienen es una de las particularidades más relevantes en estos proyectos. Todo ello genera una serie de riesgos que deben ser evaluados, medidos y tratados con el fin de eliminarlos en la medida de lo posible y mitigar aquellos con los que se ha de convivir.
Un aspecto relevante es el sistema de contratación de los proyectos, desde la etapa inicial de convocatoria, adjudicación, preparación, comienzo, ejecución, montaje hasta la final de entrega y periodos de mantenimiento y garantía.
Hay numerosos aspectos que han de considerarse cuando una empresa quiere intervenir en un proyecto de esta envergadura porque se ha detectado, y es una realidad, que existe una falta de posicionamiento general en cuanto a las normas del sistema de contratación.
Esta ausencia de parámetros universalmente aceptados por la industria ha generado una incertidumbre en la distribución de responsabilidades entre las empresas participantes, dando lugar a que en muchas ocasiones los subcontratistas terminen por asumir responsabilidades que debieran haber sido asignadas a otras empresas.
Al anterior aspecto hay que añadirle la entrada en territorios nuevos, poco conocidos o con legislaciones y sistemas distintos al español. China, India o Brasil son zonas de gran expansión en la industria eólica marina donde se recogen requerimientos de responsabilidades objetivas y donde las pólizas de responsabilidad civil han de adaptarse o hacer una contratación independiente a tal efecto.
Otra particularidad del sector es la ampliación de las fronteras tecnológicas, que se ha convertido en algo casi rutinario. Sin embargo la percepción de riesgo que esto supone fuera del propio sector es alta y por ello es fundamental una interlocución de calidad con los mercados de seguro para presentar la actividad y poder negociar una protección adecuada y económicamente justificada para estos proyectos.
El siniestro de Macondo, con la explosión de la plataforma de perforación y explotación Deepwater Horizon, supuso cuestionar toda la eficacia y racionalidad del sistema de indemnizaciones contractuales existentes. Por ello, hoy en día, la participación en estos proyectos requiere revisar la distribución de responsabilidades y asegurar las mismas en el mercado especializado de seguros. Es vital comprender los riesgos que se asumen y asegurarse que éstos se cubren correctamente y a un coste razonable.
La mayoría de los contratistas de parques eólicos marinos exigen, como obligación contractual, que sus contratas cuenten con pólizas de seguro de responsabilidad civil suficiente.
En Marsh llevamos años trabajando en el sector. Colaboramos estrechamente con IMCA, la Asociación Internacional de Contratistas Offshore. Como miembros de la misma asesoramos a los grandes segmentos involucrados, desde compañías con activos offshore a contratistas, fabricantes e instaladores de cables submarinos así como a todos los intervinientes en el proyecto.
Contamos con un modelo de servicio contrastado para asesorar no solo en la protección de esos activos sino muy especialmente en materia de responsabilidades y sus protecciones, con equipos especializados en Europa y Asia, en el primer caso por el gran desarrollo en Mar del Norte y en el segundo por el auge en el desenvolvimiento de esta energía y la cantidad de proyectos existentes.
Estamos en un sector muy dinámico, en constante avance y evolución, donde la exigencia de responsabilidades está muy presente pero también, en muchas ocasiones, desequilibradas. Por ello asesoramos a los clientes para garantizar que las exposiciones de riesgo están identificadas, evaluadas y cubiertas, en la medida de lo posible.
España es un país con numerosas empresas que juegan papeles diversos e importantes en los nuevos desarrollos eólicos marinos en el Norte de Europa. Y así debiera continuar siendo, tanto en esa zona como en las nuevas de desarrollo. Los desafíos y retos son numerosos pero el potencial de nuestras empresas es grande, como bien ha quedado ya de manifiesto en los grandes proyectos eólicos ejecutados y en proceso en Mar del Norte.