El seguro, motor impulsor de la economía
Negar que el seguro tiene una gran influencia en la economía sería un error, ya que da una seguridad patrimonial que ningún otro ramo genera. Por otra parte, a su alrededor giran distintos actores económicos tales como brókers de seguros o reaseguros, reaseguradoras y ajustadores de pérdidas. Todos ellos mueven importantes sumas de dinero, lo que ha obligado a los Estados a regular esta actividad en su conjunto, con el objeto de proteger a los asegurados o beneficiarios de cualquier detrimento por la quiebra o desaparición de las empresas del ramo.
Se establece el patrimonio mínimo que debe tener una empresa de seguros, incluyendo sus contratos de reaseguros que están obligados a darles el respaldo necesario. Además, una compañía de seguros no paga los siniestros de las primas recaudadas exclusivamente –llamadas reservas–, sino que tienen que hacer una serie de inversiones con las mismas, muchas veces en el sector inmobiliario, lo que también activa la economía.
El seguro, desde sus inicios, ha sido un gran impulsor de la riqueza. En el año tres mil antes de Cristo los fenicios transportaban mercaderías a lo largo del mar Mediterráneo (lo que hoy denominamos Oriente Medio), lo que indujo a estos famosos comerciantes de la antigüedad a crear servicios de protección en caso de pérdidas. La práctica se extendió por todo el mundo civilizado y llegó a nuestros días donde, incluso, son obligatorios por ley o tratados. Así, se crearon o fortalecieron los seguros de vida, aéreos, de caución, seguro de crédito a la exportación, etc.
El tráfico aéreo, fluvial, lacustre, marítimo o terrestre se ha visto favorecido por el seguro, ya que las materias primas, insumos, mercancías terminadas o personas transportadas, están más protegidas ante cualquier pérdida. Se han dado casos en los que hasta las señales satelitales de los eventos televisados o los animales y personas que trabajan en eventos que producen ganancias sean asegurados, lo que le avala al promotor o a las empresas de televisión de que cualquier imprevisto que impida que se lleve a cabo el evento o la señal televisiva directa no llegue al país respectivo, sea cubierto por el seguro y este cancele la pérdida económica que esta situación fortuita pudo generar.
Los deportistas, las modelos y los actores, sobre todo de Hollywood, amparan partes de su cuerpo, o su voz, si son cantantes, ya que viven de ello. Estrellas del futbol internacional, como Lionel Messi o Cristiano Ronaldo, han sido noticia por tener sus piernas aseguradas por sumas millonarias, ya que son sus fuentes de ingresos y cualquier lesión le produce pérdidas a su patrimonio personal y, naturalmente, a sus promotores y toda la gente que depende de ellos.
A nivel hipotecario es muy importante ya que cuando el banco otorga un crédito, solicita que el deudor, si es una persona natural, presente una póliza de seguros. Esta debe cubrir el inmueble por causa de incendios o terremotos, y un seguro de vida por si el deudor fallece; en ambos casos, el acreedor hipotecario es el beneficiario de la póliza, ya que con ello garantiza que, por cualquiera de esas eventualidades, el importe del préstamo sea reintegrado a su patrimonio.
Incluso una póliza puede generar un ingreso para el asegurado, aunque no se haya producido la muerte. Esto sucede mediante cláusulas que ofrecen un adelanto del dinero en caso de enfermedad terminal. Estas condiciones especiales surgieron frente a las denominadas empresas “viáticas”, como lo era Mutual Benefits Corporation, que compró pólizas de seguro de vida con rebaja de personas con cáncer, enfermedades terminales, sida o muy ancianas. Luego vendieron participaciones de los beneficios en caso de fallecimiento, prometiendo, falsamente, altos rendimientos, por lo que los fundadores fueron juzgados.
Entonces, los seguros no solo permiten a las personas naturales y jurídicas soportar pérdidas y emprender negocios, o que se genere una dinámica económica alrededor de todos los que intervienen en el seguro (aseguradora, corredores, ajustadores, reaseguradores), sino que las propias compañías de seguros invierten las primas en diversos sectores para tener su patrimonio protegido y enfrentar los siniestros. Por todo esto, es difícil negar que el seguro tiene una gran influencia en la economía.