Consideraciones en torno al manejo de pérdidas después de un terremoto
Los grandes desastres ocurridos en las últimas semanas nos hacen reflexionar sobre la importancia de revisar el funcionamiento de nuestra póliza de seguro de daños y comprender el alcance de la cobertura, preferentemente antes de que un siniestro tenga lugar. Una póliza de seguro es un contrato, una promesa de pago; mientras más claramente comprenda el funcionamiento de su póliza, mejores serán las condiciones en que se encuentre en caso de que se presente un siniestro.
La prueba máxima de una póliza de seguro la amplitud de su respuesta ante un siniestro. A continuación se mencionan algunas cuestiones sobre siniestros que han surgido después de desastres naturales. No es una lista en la que se incluyan todos los temas, y cada ejemplo ha estado sujeto a extensos debates no solo en el medio del seguro sino también en los círculos jurídicos.
Interrupción del negocio
¿Qué está cubierto y qué no? ¿Cómo se calcula? La interrupción del negocio (BI, por sus siglas en inglés) es una de las coberturas más incomprendidas en el seguro de daños y una que a menudo conlleva dificultades al llegar a un acuerdo con respecto a una pérdida. Después de un evento, muchas de las dificultades surgen en torno a lo que no está amparado en una cobertura contra interrupción del negocio.
Es importante mencionar que la cobertura de BI no restituye los ingresos. Restituye las ganancias perdidas y los gastos continuos que un negocio habría generado de haber continuado en funcionamiento. Por ejemplo, un gasto continuo podrían ser los impuestos gravados sobre un inmueble. Un gasto no continuo podría ser la calefacción, la luz o la electricidad. Otro tema que puede causar confusión es el periodo de indemnización. Las complejidades del BI son un buen ejemplo del por qué es importante tener un conocimiento exhaustivo de la póliza antes de la ocurrencia de un siniestro.
Deducibles
Tras la ocurrencia de la mayoría de los eventos, una de las cuestiones iniciales y más importantes es la aplicación de deducibles, ya sea por evento, por ubicación, deducibles separados para daños materiales y pérdidas de BI, o una combinación de ambos. Un evento catastrófico, como un sismo o terremoto, puede tener diversos deducibles aplicables que pueden expresarse en la forma de deducibles simples en importe o en porcentaje de valor. En el caso de BI usualmente el deducible se expresa como un periodo de espera.
Interrupción de servicios
Muchos desastres implican interrupciones extensas de servicios, lo que plantea la pregunta: ¿cuál es el alcance de la cobertura para dichas pérdidas? Una interrupción de servicios debe ser provocada por un riesgo contra el que se esté asegurado o un riesgo que de otra forma no se excluya. Por lo general se refiere a los prestadores de servicios públicos.
En caso de una pérdida por interrupción de servicios, es probable que algunas aseguradoras argumenten que, si no hay un detonante, por ejemplo un daño súbito, entonces no se trata de un evento accidental. La interrupción voluntaria de un servicio no es un riesgo cubierto. Y como en cualquier cobertura, es importante comprender la información específica de una póliza. Por ejemplo ¿Qué daños de un prestador de servicios se cubren?
Autoridad Civil, Acceso
Estas dos extensiones de cobertura entran en juego en casi todos los casos en el que las dependencias gubernamentales cierran un área y prohíben el acceso a las instalaciones, ya sea por inundación, huracán, daños por sismos o algún otro riesgo.
- Las autoridades civiles y militares, pueden por ejemplo dictaminar que el inmueble ha sufrido un daño estructural irreparable y determinar su demolición.
- Ingreso/Salida, lo cual involucra el acceso al inmueble. Por lo general, esto surge después de un sismo cuando las inmediaciones no son favorables.
Planes de Gestión de Pérdidas
En esencia, durante la recuperación de una gran catástrofe, todas las partes necesitan trabajar como aliados. Las aseguradoras necesitan comprender los compromisos financieros y operacionales del asegurado y viceversa. Al observar los planes de gestión de pérdidas y los protocolos de comunicación, debe existir un acuerdo entre las partes sobre las funciones, responsabilidades y entregables, así como quién tiene la autoridad para tomar decisiones.
Después de los grandes desastres, se tienen que tomar decisiones en áreas tales como reintegración, restitución y mitigación. A menudo, no hay suficientes personas involucradas a un nivel de gestión media para tomar esas decisiones. Eso puede ralentizar el proceso y, en ocasiones puede causar discrepancias sobre cuestiones como las alternativas de reconstrucción, el uso de proveedores, la exposición a la interrupción del negocio, los protocolos de financiamiento, los pagos parciales y otras de índole similar. La planeación ayuda a garantizar que el personal facultado esté involucrado, incluyendo especialistas, contadores forenses, consultores de construcción, gerentes de riesgo, ejecutivos financieros y relaciones públicas.
Conclusión
El periodo de recuperación después de un gran desastre es de alto estrés para las empresas y sus empleados. Las personas pueden estar por un lado enfocadas en la reintegración de su vida personal, mientras que se les pide ayudar a que el negocio se levante y siga funcionando. Por lo general, el tiempo es vital y su corredor de seguros y la aseguradora desempeñan una función crucial en una pronta recuperación.
Así como implementar planes de gestión de crisis es una medida vital, es importante comprender a tiempo cómo responderá su póliza de seguro. Una forma de hacerlo es realizar un simulacro, repasando un escenario con su corredor, aseguradora y otras partes clave del negocio relacionadas, para comprender qué cobertura sería activada ante un evento, las diferentes definiciones que entrarían en juego, qué información se necesitaría recopilar antes y después del siniestro y más. La recopilación coordinada de información en tiempo puede ser la diferencia crucial para recuperarse sin demora ante un desastre.